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Santo del día

Santo del día

10 de mayo: San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia

Maestro de Santos 

Fue conocido como el Apóstol de Andalucía, gran predicador y maestro espiritual que condujo a muchas almas por el camino de la santidad, y cuya palabra suscitaba conversiones entre quienes le escuchaban.

Se llamaba Juan de Ávila. Nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), hacia 1499 o 1500, en el seno de una familia profundamente religiosa y acomodada, propietaria de una mina de plata.

9 de mayo: San Pacomio, Abad

El padre del monacato cenobítico 

Es el fundador del monacato cenobítico y el primero que redactó una regla para la vida comunitaria. Se trata de san Pacomio, nacido hacia el año 292 en la Tebaida, región del Alto Egipto, en el seno de una familia pagana. A los veinte años fue reclutado a la fuerza por los ejércitos imperiales de Constantino para hacer frente a las incursiones persas. Recluido en una guarnición de Tebas junto a otros soldados y privado de alimento, fue socorrido por los cristianos del lugar. Impresionado por su caridad, Pacomio oró al Dios de los cristianos, prometiéndole que, si lo liberaba de sus cadenas, consagraría su vida al servicio de los hermanos. Y así fue: una vez puesto en libertad, se convirtió y recibió el bautismo.

3 de mayo: Santos Felipe y Santiago el Menor

Unidos en el martirio por Cristo

Los apóstoles Felipe y Santiago el Menor se conmemoran el mismo día porque sus reliquias fueron depositadas juntas en la Basílica de los Santos Doce Apóstoles, en Roma.

De Santiago, hijo de Alfeo, llamado “el Menor” por ser de menor estatura que el otro Santiago —el hijo de Zebedeo y hermano del evangelista san Juan—, sabemos muy poco. Lo cierto es que fue uno de los primeros discípulos de Jesús.

La tradición sostiene que era pariente de Jesús, quizás aquel primo al que hace referencia el evangelista san Mateo (Mt 13, 55).

2 de mayo: San Atanasio, obispo y doctor de la Iglesia

El defensor del Credo niceno-constantinopolitano

Un obispo solo contra todos, incluso contra el emperador, en defensa del Credo niceno-constantinopolitano, sin temer al exilio, a la marginación ni a la persecución. Así fue san Atanasio, firme defensor de la ortodoxia de la fe frente a la herejía arriana.

Nacido hacia el año 298 en las cercanías de Alejandría, Egipto, se formó en literatura griega y en filosofía. Muy joven entró al servicio de la Iglesia, donde ejerció durante seis años el ministerio de lector. Ordenado diácono, el patriarca Alejandro lo nombró su secretario personal.

1 de mayo: San José obrero

El humilde carpintero de Nazaret

«Un aspecto que caracteriza a San José, y que ha sido puesto de relieve desde los tiempos de la primera Encíclica social, Rerum Novarum de León XIII, es su relación con el trabajo. San José era un carpintero que trabajó honradamente para garantizar el sustento de su familia. De él aprendió Jesús el valor, la dignidad y la alegría de lo que significa comer el pan ganado con el propio esfuerzo».

30 de abril: San Pío V

El Papa del Rosario y de la Reforma

Fraile dominico, gran asceta y firme impulsor de la Contrarreforma, San Pío V publicó el Catecismo y promulgó el Breviario y el Misal Romano —que desde entonces llevaron su nombre— aplicando fielmente los decretos del Concilio de Trento. Su nombre de nacimiento era Antonio Ghislieri, y fue elegido Papa en 1566.

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