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El compromiso de la Dirección de Infraestructuras y Servicios de la Gobernación

La preparación de la Capilla Sixtina para el Cónclave

Toda la Iglesia y el mundo entero observan con atención lo que acontece estos días en la Capilla más célebre y conocida: la Sixtina. Para adecuarla al desarrollo del Cónclave, no se deja ningún detalle al azar. Detrás de su preparación hay una pericia y una profesionalidad considerables. Se trata de una labor que requiere energías, organización y mano de obra cualificada: carpinteros, electricistas, técnicos en climatización y fontanería, herreros, montadores, decoradores florales, personal de limpieza. Todo un conjunto de perfiles profesionales cuya coordinación está encomendada a la Dirección de Infraestructuras y Servicios de la Gobernación. Nos lo cuenta en esta entrevista para www.vaticanstate.va el ingeniero Silvio Screpanti, subdirector del Área de Infraestructuras de dicha Dirección.

 

¿Cuál es el compromiso que les espera en la preparación del Cónclave?

La Dirección de Infraestructuras y Servicios está implicada tanto en la preparación como en la asistencia técnica durante el Cónclave.

La preparación incluye dos ámbitos que se desarrollan simultáneamente: por un lado, la disposición de los alojamientos para los cardenales electores y el personal de apoyo; por otro, el acondicionamiento de la Capilla Sixtina.

La primera tarea comienza con el apoyo a los Órganos de Gobierno y al Presidente de la Domus Sanctae Marthae en la identificación de los edificios y alojamientos disponibles, y prosigue con la elaboración y actualización de los planos, la definición de las obras de mantenimiento —tanto ordinario como extraordinario— en los alojamientos para adecuarlos a las necesidades, el suministro del mobiliario necesario y una limpieza exhaustiva de todos los espacios.

En esta ocasión histórica, el esfuerzo de la Dirección es especialmente intenso, dado que el número de cardenales electores ha aumentado notablemente, superando los 130, como es sabido. Por tanto, ha sido necesario identificar y preparar un número significativo de habitaciones adicionales, así como diseñar, junto con el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, una disposición de la Capilla Sixtina que permitiera acoger al mayor número posible de electores, garantizando al mismo tiempo el cumplimiento del protocolo y la comodidad de los participantes.

Otras tareas a cargo de esta Dirección incluyen la instalación de la célebre estufa, el oscurecimiento de los cristales del Palacio Apostólico, la desactivación de todos los dispositivos tecnológicos y sensores instalados en los últimos años en la Capilla Sixtina para la protección de los frescos y la seguridad de los visitantes, así como el precintado de todos los accesos al perímetro del Cónclave.

Finalmente, la Dirección pondrá a disposición su personal de servicio durante todo el desarrollo del Cónclave.

 

¿Cuánto personal y qué cualificaciones se requieren para quienes participan en esta labor?

La Dirección está actualmente empleando a más de 40 operarios internos —entre carpinteros, herreros, montadores de estructuras, instaladores, floristas y personal de limpieza—, además de unos 20 trabajadores de apoyo proporcionados por empresas externas. Más de una decena de técnicos se ocupan de la planificación, supervisión de los trabajos y coordinación de la seguridad laboral, mientras que el personal administrativo se encarga de contabilizar los costes y gestionar los encargos de compra.

Durante el evento, permanecerán en el Cónclave 5 técnicos entre electricistas y ascensoristas, 5 especialistas en climatización y fontanería, y 2 floristas, quienes prestarán juramento y estarán de servicio a tiempo completo, pernoctando en el Vaticano, sin posibilidad de contacto con sus familias. Se han seleccionado tanto compañeros con experiencia, que han participado en anteriores Cónclaves y conocen los procedimientos y necesidades, como colegas más jóvenes a quienes se transmitirá el testigo para el futuro.

 

¿Cómo se desarrolla el trabajo de su equipo antes, durante y después del Cónclave?

Las actividades comprenden el desalojo, la revisión de las instalaciones eléctricas y de climatización, la limpieza extraordinaria de los alojamientos asignados a los cardenales electores y al personal de apoyo en la Domus Sanctae Marthae, el antiguo Hospicio Santa Marta y el Colegio Etíope, para un total de unas 200 habitaciones.

En cada edificio se realizan compartimentaciones que garantizan el aislamiento de los participantes, mediante tabiques, puertas provisionales y el cierre temporal de ciertas ventanas para evitar la visibilidad desde el exterior.

La Dirección también se encarga de proveer todo el mobiliario necesario, es decir, los elementos mínimos indispensables para atender las necesidades de los ocupantes (cama, mesilla de noche, armario).

En la Capilla Sixtina, en tan solo una semana, se sanea toda la instalación tecnológica y se construye un suelo técnico sobreelevado para nivelar el pavimento de la Capilla y permitir la colocación del mobiliario ceremonial. A continuación, se instalan las mesas para los cardenales electores y para el personal de apoyo. Tanto el suelo como las mesas son revestidos por los tapiceros de la Florería. Durante el montaje se proporciona apoyo técnico para la instalación de micrófonos y cámaras de Vatican Media.

La estufa se coloca en la ubicación prevista por el protocolo y el tubo de la chimenea se conecta al exterior mediante una estructura metálica con tubos y juntas.

El personal de la Dirección se encarga también, como dicta la tradición, del oscurecimiento de todos los cristales del Palacio Apostólico en las zonas destinadas al Cónclave.

El día anterior al inicio del Cónclave, el personal de la Dirección colabora en la colocación de casi 80 precintos de plomo en todos los accesos al perímetro del Cónclave.

La Florería, por su parte, prepara toda la ornamentación de la ventana del Aula de las Bendiciones desde la que se asomará el futuro Pontífice.

Desde el inicio de los trabajos, como ya se ha mencionado, 12 personas entre técnicos y floristas permanecen en el Cónclave para prestar asistencia, garantizando en particular la funcionalidad de los sistemas eléctricos, de iluminación y de climatización, tanto en la Sixtina como en los alojamientos, además de prestar apoyo a los ceremonieros en el uso de la estufa y en el movimiento del mobiliario.

Una vez finalizado el Cónclave, la Capilla Sixtina y los alojamientos se desmontan con igual rapidez para permitir la reapertura al público de los Museos Vaticanos y el regreso de los huéspedes de la Domus y del Colegio que cedieron temporalmente sus habitaciones.

Mientras tanto, ya se da comienzo a los preparativos en la plaza para la primera misa solemne del nuevo Pontífice.

 

¿Qué significa para ustedes contribuir logísticamente al desarrollo de este evento?

La Dirección custodia con orgullo las tradiciones vinculadas al acondicionamiento del Cónclave, que junto con las Exequias constituye uno de los momentos más significativos en la vida de la Iglesia católica, y está siempre dispuesta a poner a disposición su experiencia —transmitida de colega a colega a lo largo de los años— para garantizar la máxima rapidez, profesionalidad y eficacia en el breve lapso de tiempo en que deben llevarse a cabo los trabajos.

 

¿Qué sensaciones animan a quienes participan en esta preparación?

Es especialmente emocionante observar la dedicación con la que cada compañero desempeña su labor en su respectivo ámbito de competencia. Todos son conscientes de que en este momento la Iglesia católica se presenta ante el mundo, y es motivo de orgullo contribuir a la imagen de sobriedad, dignidad y eficacia que debe acompañar la espiritualidad del evento.

 

¿Quién se encarga de la célebre estufa y qué ocurre si surge algún problema?

Los ceremonieros han recibido en estos días la formación necesaria por parte del personal de la Dirección para utilizar correctamente la estufa, y se han realizado con discreción todas las pruebas necesarias de emisión de humo. En cualquier caso, un técnico especializado de nuestro equipo, encerrado en el Cónclave, permanecerá durante todo el tiempo de las votaciones en un pequeño cuarto técnico adyacente a la Sixtina, con un mando a distancia para la estufa (que hoy día se activa electrónicamente), preparado para intervenir de inmediato en caso de necesidad, de modo que ningún imprevisto pueda obstaculizar la esperada y simbólica fumata blanca.

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